sábado, 26 de marzo de 2016

Poesía que promete

ECCE HOMO

Entre la duda y la culpa
dos manos ruines se lavan,
sueña Prócula en la noche
sueños que la despertaban.

¡No mates al justo, esposo,
ni alces cruz para su talla,
abrirá el cielo la tumba,
partirá nuestra muralla!

Opaco de profecías
Pilatos pide el azote,
 una corona de espinas
y un afrentoso capote.

Los dedos en la columna
crispaban tribulaciones,
roja de sangre la pascua
gemía en las aflicciones.

Restallaban los trallazos
abriendo gritos y grietas,
por el monte del Calvario
clavan los aires saetas.

Más que la fusta, lacera
la traición que atrás se asoma,
ayer entre la Judea
y hoy la Judea en la Roma.

La macabra orfebrería
de los verdugos culmina:
hecho un varón de dolores,
un cirio que no ilumina.

Aquí esta el hombre, deshecho,
otro castigo y moría,
no encuentro falta en sus obras.
La hallará la judería.

Aquí está el hombre, la imagen,
la semejanza, Dios mismo.
Aquí está el nombre del Hombre
que nos salva del abismo.

Aquí está el hombre, los siglos
girarán en su contorno.
Ya es tarde, no te me tardes,
esperamos tu retorno.

Antonio Caponnetto

jueves, 24 de marzo de 2016

sábado, 19 de marzo de 2016

Editorial del Nº 116



CAMBIEMOS,
PERO QUE NO SE NOTE

Si dejamos de lado cuestiones adjetivas y nos ceñimos a lo esencial, no es difícil hacer un balance de estos primeros tramos del gobierno macrista; que por lo pronto no debería llamarse gobierno sino gestión. Diferencia subrayada por los mismos interesados y que marca una primera y grave distancia entre el pensamiento clásico y el moderno acerca de la res pública. En un gobierno se juegan causas del Orden Social, incluyendo la causalidad ejemplar, en miras del Bien Común. En una gestión se procesan recursos y estructuras para ejecutar un trámite.
 
La canciller Malcorra –que podría hacernos el favor de llamarse biencamine– ha ponderado como prueba de “creatividad y buena intención” la propuesta de Dante Caputo de permanecer diecisiete años sin mencionar la cuestión Malvinas, principalmente para congraciarse con los isleños. Se lo ha dicho a Morales Solá cuando la entrevistó el pasado dieciocho de febrero. El criterio de claudicación soberana podría tener insospechadas derivaciones hacia múltiples ámbitos. Para congraciarse con su parentela, verbigracia, un esposo podría estar tres lustros sin mencionarle a su esposa la palabra amor. Conscientes de que los más jóvenes no tienen por qué saber quién es el Caputo que tal cabronería oficial inspira, hagan de cuenta los lectores bisoños que el horribilísimo y torvo Ghostface de Scream es un querubín candoroso comparado con él. Bromas al margen, no en vano nos enseñaba Julio Irazusta, a calibrar el pulso de un gobierno empezando por el análisis de su política exterior o diplomacia.
 
Un segundo ejemplo para el balance nos lo ha proporcionado el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, al recibir gozoso y complaciente, casi en las vísperas de los idus de marzo, a los representantes de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans; esto es, al Estado Mayor de la Contranatura que –en los tiempos ya superados, en que se leían con reverencia las cartas paulinas– la Iglesia se consideraba Quién para juzgar y condenar. Ahora, milagros de las periferias recuperadas, hacen fila para recibir solios y capelos.
 
Imitador público de un cantante degenerado, el presidente no ha vacilado en conservar las estructuras y los personajes que garanticen la vigencia de la cultura de la muerte y de la náusea moral. Abortos, sodomías, carnavales y complicidades activas con la guarrada posmoderna, siguen su curso de acción, mientras se anuncia pobreza cero. La habrá, sin duda. Pobreza de dignidad, de honor, de decencia, de amor a Dios y a la Patria.
 
Un tercer ejemplo, y por ahora, cerramos este primer inventario. Siguen sueltos, insolentes e impunes quienes debieran, por lo menos, llevar grilletes en sus garfios; y de vivir bajo signos más rudos, pender de alguna cuerda para ejemplar escarmiento, según bramaba Rosas. Mientras paralelamente, y con sobreactuada estrategia, se omite remediar el cautiverio injusto de los soldados que batallaron contra el marxismo, a la par que se conserva como política de Estado el sinfín de patrañas urdidas por los derechohumanistas. El Macri gritando “¡Nunca más!”, e instando a todos a pronunciar la guturalidad preferida de las izquierdas, es el símbolo de una desvergüenza que no cesa, de una patraña que no retrocede, de una falsificación histórica que no se sabe ni se desea destruir.
 
En la Historia de los Heterodoxos Españoles, don Marcelino Menéndez y Pelayo nos narra el caso de Basílides de Astorga y Marcial de Mérida, dos obispos traidores allá por el siglo III, a quienes acudían los cristianos cobardes, acomodaticios y felones para obtener por intermedio de ellos el llamado libelo; especie de certificación o de patente de idolatría al sistema imperante, que los ponía a buen resguardo de las persecuciones procedentes del mismo. Tener el libelo era lo políticamente correcto, y a quienes lo ostentaban se dio en llamar libeláticos. Lo contrario, claro, era figurar en el Registro Nacional de Infractores de la época, con la diferencia de que el dolo no se solucionaba oblando una módica multa sino, por lo general, acabando bajo las fauces de los leones.
 
Saque la moraleja el lector entrenado. Ni macrismo ni kirchnerismo –ni como vayan a llamarse mañana los detritos del Régimen– nos quitan el sueño o nos asombran con sus previsibles fechorías. Tenemos la mínima claridad que se necesita para saber cuanto ocurre y aún lo que podrá proseguirse bajo el alero del liberalismo y de la plutocracia gobernante. Y tenemos también la experiencia mínima y la recta doctrina heredada, para saber que nuestra opción no es el abstencionismo sino la ejecución de todo lo justo concreto que esté en nuestras manos; aunque sea más chico que un granito de anís, diría Castellani.
 
Todo el espanto nos lo causan en cambio estos cristianos complacientes si no colaboracionistas activos, que ya no resisten, ni reaccionan, ni combaten, ni atestiguan. Los neo-libeláticos, capaces de cualquier argucia discursiva, quienes bajo los oropeles de una infértil erudición o de un rústico simplismo, acaban justificando la infidelidad y el contubernio. Una voz que no es de la tierra sino de más abajo, los ha convencido de que conviene conformarse con una política que asegure el bienestar –sobre todo el de la porción socioeconómica en que ellos se mueven– aún a expensas de la virtud y de la salvación. Que conviene ser parte aquí y ahora de la bacanal naranja o amarilla, aunque por lo mismo pongamos en riesgo el ser convidados mañana al ágape celeste.
 
Pedimos la gracia de escuchar otra Voz; y que al final de nuestros días podamos ser merecedores de repetir con la Sacra Escritura: “Bienaventurado el varón que me oye, y vela a mis puertas día tras día, aguardando en el umbral de mi entrada” (Proverbios, VIII, 34). Si bien se mira es una sana definición de nuestra misión política: oír y velar en el umbral de la patria, para que el mismo sólo sea traspasado por el Dios de los Ejércitos.
 
Antonio Caponnetto
 

martes, 15 de marzo de 2016

Aviso


   
LEA Y DIFUNDA "CABILDO"

Por la Nación contra el caos

Se ruega difundir

lunes, 14 de marzo de 2016

Actualidad



MIRANDO PASAR
LOS HECHOS

Signos

A fines del año anterior, la visión de los hechos se detuvo en el coloquio de los principales aspirantes a la Presidencia. Con un empate final -Cero a Cero- que provocó bastante decepción, como igual paridad en los clásicos futboleros. Explicándose así, que el análisis concluyera en un ecléctico “Más de lo Mismo”. Traducido acaso por el simple pase de signos, de FPV vs. PRO a FPV & PRO. Tal la sospecha, aunque corresponde subrayar que la elección trajo gran alivio. Al aventar reedición del despotismo recobrado, cuyo riesgo cae de maduro con mayúscula.

Cambiemos

Siempre quedando claro que cualquier esperanza, parte de la diferenciación absoluta con el régimen desplazado. Tan nítida como veloz. Y esa es la cuestión pendiente. Con general ansiedad por un cambio ávido de justicia y seguridad, frente al delito y las tramoyas impunes. Cuyos voceros todavía aturden con audacia, ante la menor duda sobre los “treinta mil”… Mientras inquieta la parsimonia en ordenar la comparecencia judicial de los responsables del desastre. Gravitando siempre el antiguo reproche a la morosidad, sobre la millonada de dólares sustraídos al erario santacruceño. Y qué decir del territorio entregado a la máxima potencia comunista... También con perplejidad frente a raros episodios. Como la visita acompañada a la ex ESMA, actual museo de la Memoria… ideológica.
Como a la par, sorprendió la imputación de fruslerías al ex Vicepresidente, distrayendo la mira de lo principal. Desde el vidrioso desempeño burocrático y las negociaciones confusas, hasta los viajes oficiales en placentera compañía. Más la sonrisa indeleble. Símbolo rozagante -implantado con arte y magia- de la “Década Ganada”.
En cambio ha producido expectación, el proceso judicial a la notable activista jujeña y jefa de “Tupac-Amaru”. Milicia sostenida con millonarios aportes del anterior Gobierno. Sorteando obviamente, cualquier obstáculo de leyes y costumbres republicanas.
Simultáneamente conmovieron notables contrapesos, en adhesión a la dirigente detenida. Desde la impensable celebración de una Misa en Plaza de Mayo, hasta el amparo del titular de la Comisión Episcopal de Pastoral Social. Culminando con el envío de un rosario por el Sumo Pontífice. Con gran sorpresa, por tratarse del instrumento bendito para orar a la santísima Madre de Dios. En tanto la beneficiada practica el culto a la “Madre Tierra”, o Pachamama. Como lo ha dicho: “soy cristiana a mi modo”, “creo en la espiritualidad, creo en las ceremonias, creo en las tradiciones de nuestros abuelos. Nosotros, en la Tupac, siempre hicimos ceremonias”. Para mayor desconcierto, con alusión a su encuentro con el Papa en el Vaticano. Confesando haberle expresado que “estaba enojada con la Iglesia”, por todo lo que hizo con los pueblos originarios desde la conquista.

Obstáculos

Transcurrido bastante tiempo, inquieta a los observadores el rumbo de “Cambiemos”. Porque la cruda realidad muestra impedimentos señalados por análisis confiables, cuyo sólido respaldo admite transcribirlos. Previa anotación que se trata de obstáculos superables, pero ante todo restaurando el Derecho. Es decir la Justicia, cuya quiebra causa primariamente la temida inseguridad. Enseguida pasando a sanear la Educación pervertida y rectificar la legislación, trastornada con reformas perniciosas de los Códigos fundamentales. Sin dejar de contener la inflación provocada por emisiones irresponsables; y reimplantar el empleo genuino con el valor real del salario convertido en ficción. Todo luchando contra “la corrupción”, del crimen convertido en hábito mafioso. Culminando en la difícil pero imperiosa eliminación del narcotráfico. Plaga de inmenso poderío en expansión, que exige estrategias e instrumentos tan enérgicos como inteligentes y hasta heroicos.

Catalejos

Frente a todo esto, cabe reconocer que ciertas vicisitudes golpean el paladar del ánimo, haciéndole catar ásperos desenlaces por anticipado. En sencilla retórica, para el común se están acumulando cosas –y vacíos- que preanuncian sofocones a lo lejos. Desde el bailecito en el balcón, hasta el lento inventario de la herencia. Casi a la par, la persecución imperita de fugitivos entre campiñas y pueblos atónitos. Más los paréntesis viandantes y la visita al “Museo de la Memoria” con personajes olvidables. Seguida del memorismo en Derechos Humanos, inclemente con los cautivos de lesa humanidad. La recepción del país maltrecho sin identificar culpables. La carga fiscal con mantenimiento de subsidios discutibles. La justicia decaída sin remedios inmediatos, mientras crece la criminalidad. El despeje de “piquetes” con un Protocolo cuestionado por sectores subversivos que se exhiben sin freno.
Por último han causado desazón, algunas expresiones desde el más alto sitial. Sobre el golpe militar de hace 40 años, “que inauguró la época más obscura de nuestra historia”. Lenguaje de cuño inconfundible, sideralmente distante del cambio enarbolado. Prestándose a pronósticos penosos. Para los impacientes, con actitudes que adaptarían aquel lema del príncipe siciliano: “Cambiemos algo, para que nada cambie”.

Casimiro Conasco

domingo, 13 de marzo de 2016

Aniversarios



13 de marzo


Siempre fue faro prístino y certero;
el argumento ante el cual rendirse;
el recurso de aquel que está por irse
a rendir su alma ante el Juez postrero.

Fue altar sacro del culto verdadero
a Aquel que nunca habrá de extinguirse
y el sueño de un cielo por abrirse
que Pedro custodiaba, arcabucero.
  
Todo cambió. Hoy sus preocupaciones
la absorbieron, la tienen atareada:
nuevas presencias imponen condiciones.
  
La Sede parece estar sedada.
Las colinas ven pasar legiones.
¿Es posible que Roma está ocupada?
  
Álvaro M. Varela