lunes, 5 de marzo de 2012

Mirando pasar los hechos

DELIRIUM TRENES
     
MENTE CAPTUS
  
El espanto del tren homicida ha mostrado, tal vez como nunca, el derrumbe abismal de la República. Muchos habrían tenido la ingenuidad de encuadrar la debacle en el ámbito de las pesadillas, inquietantes pero pasajeras, sin advertir la verdadera profundidad del mal.
  
Concretamente, la nación adormecida por virulentos filtros ideológicos, ha caído en brazos de la locura gobernante. La peor demencia, como sabe la Historia. Enajenamiento grotesco, que de otro modo no exhibiría como una epopeya grandiosa, las atrocidades de los últimos 9 años. Locura timonera y desvanecimiento del pasaje. Sin esa conjunción no podría entenderse el aguante impávido desde el comienzo. Cuando Él inauguró su epopeya, confesando descarado en Monterrey —como un pícaro extranjero— ante los presidentes americanos, haber esfumado 600 millones de dólares santacruceños para “custodiarlos mejor” fuera de la Argentina…
  
ELOCUENCIA VULGAR
  
Sin tales ingredientes, tampoco habría tenido lugar la jactancia del Tren Bala (con jugosas erogaciones) anunciado por la heredera presidencial en festejo inaugural… O en tren de joda, como exclamara un chulo muy enojado.
  
Casimiro Conasco
Marzo de 2012
  

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