sábado, 8 de octubre de 2011

Editorial del Nº 92

VAMOS POR TODO
  
  
En vísperas de tiempos redobladamente descarriados, y de perspectivas humanamente propensas al pesimismo, conviene no errar en la radiografía profunda del mal, ni en las medidas posibles que podamos ejecutar para enfrentarlo.
  
El mal no es el kirchnerismo, y por eso vanamente se preocupan quienes están pendientes de removerlo o de consolidarlo en las próximas elecciones. Con mayor propiedad cabría decir que los kirchneristas son una raza irremisible de depravados, por cuya propia y degenerada esencia no pueden sino servir afiebradamente al Mal. Correspondería diferenciarlos de sus opositores partidocráticos por el grado, pero no por la naturaleza. La naturaleza de unos y otros es la misma, y la llamaremos —reiterándonos— Modernidad y Revolución, que en términos religiosos sólo puede significar infestación, perturbación y posesión demoníaca.
  
Tal la hondura del morbo, aunque decirlo suene redondamenmte extraño, aún a unos muy altos oídos eclesiales, prisioneros hoy del mismo mal que protestamos. La democracia, expresión política de la Modernidad y de la Revolución, y éstas antes categorías teológicas que ideológicas, es el nombre correcto del adversario temporal que hoy tenemos enfrente. Es absurdo, pues, por donde se lo mire, darle batalla con más democracia.
  
Por lo tanto, y como no nos parece pertinente el abstencionismo político, lo que vayamos a hacer debe llevar un signo claramente contrario. Algunos criterios de clarificación se imponen al respecto:
  
— El resistir desobedeciendo al Régimen no es exactamente una solución, lo sabemos, pero es un presupuesto ineludible, un escalón inicial del que nunca habrá que bajarse. La resistencia pasiva es la propedéutica de la activa, y ésta a su vez, lo es de la reconquista. No permitamos, en consecuencia, que se lance la acusación de “no hacer nada” contra los testigos heroicos que señalan lo que no  se debe hacer y lo que conviene seguir suscribiendo y enseñando, aún en la soledad más extrema.
  
— Hay que dejar de ver la praxis política como la exclusiva conquista del poder estatal o la obligada inserción en las reglas de juego del demoliberalismo; hay que dejar de confundir la polis con el kratos, creyendo que únicamente la posesión de este último garantiza y verifica la obligación de ocuparse de la res publica; hay que superar la ficción conminatoria, según la cual, participación es movilización masiva y afiliación partidaria. Más valioso que el poder, enseña Guenon, es la autoridad. Fundada en la preeminencia inclaudicable de los valores espirituales y morales, puede darse y se ha dado la paradoja, de que las grandes autoridades carezcan completamente de poder, y que los poderosos no tengan ninguna autoridad.
  
— Siempre supo distinguir la tradición entre estructuras sociales y estructuras estatales. Si estas últimas son creadas por el poder y desde el poder, las primeras brotan de las relaciones amicales, familiares e  institucionalmente naturales que el hombre entabla en su carácter de ser social. Es el ámbito propicio de las llamadas libertades concretas, de la aplicación del principio de subsidiariedad, de la puesta en práctica de tareas singulares al servicio de la Verdad.
  
Lo posible es este quehacer natural, orgánico, de suyo contrarrevolucionario, que al mismo tiempo que coopera con el bien común, a pesar de la ignominia del sistema, irradia la virtud política, acrece las redes de los testigos insobornables, templa a las juventudes, sostiene a los adultos, y sienta las bases para que la resistencia, como decíamos, pueda convertirse en épica reconquista. Los hombres y los hechos que se necesitan para ello, no dependen de ningún mandato popular, de ningún plebiscito, de ninguna ficción sufragista. Dependen de ese “esfuerzo intenso a la hora de la acción”, que reclamaba Pío XII.
  
Cuando en el 320, en Sebaste, el tirano Licinio mandó torturar a los cuarenta soldados cristianos que se negaban a idolatrarlo y a renegar de la Fe, uno de ellos flaqueó y fue retirado de las aguas heladas en las que se consumaba el lento suplicio. Al escuchar los ruegos fervorosos del jefe legionario, que ante la apostasía de uno de los suyos quería conservar a toda costa la unidad de aquellos fieles irreductibles para encaminarse juntos a la gloria, el verdugo material del castigo, conmovido por tamaña fortaleza de ánimo, se quitó su armadura, y desnudo se arrojó a las aguas congeladas gritando: “¡Señor, somos cuarenta!”
  
Que el 23 de octubre los demócratas cuenten a dos garfios sus millones de papelitos roñosos.  Están en desventaja. Nosotros somos cuarenta.
  
Antonio Caponnetto
  

3 comentarios:

beli dijo...

Muy bueno, amigo Caponnetto. Realmente me saca una sonrisa cada vez que lo leo... Gracias por mantenerse firme siempre en la primera línea de batalla. Dios, Uno y Trino y la Santísima Virgen se apiaden de nosotros...

Belisario

Anónimo dijo...

y que no se apiade de ellos, pues creo por lo menos asi lo considero, que les ocurrio lo peor : todo el poder. y a tenor de lo visto se cumplira el martin fierro: "el que nace barrigòn es añudo que lo fajen", es decir el final sera peor que en el 76. hiperinflaciòn caos social, anarquia. las matematicas no fallan. asi que si en 4 años llegaron al 30?? % de inflaciòn, repinida? si obvio. en cuatro años mas. saquen la cuenta. es añudo que losssss fajen, con una flor de paliza. tendremos que ir por todo y por todos. moraleja no hay que subestimar a nadie pero recordar que el leon si el leon suele morir infectado o envenenado por algunos mosquitos venenosos de la sabana. Dios y Patria daniel jorge

Noemí dijo...

Buenas noches,Dr. Caponnetto, sabrá Ud. disculpar mi completa ignorancia sobre algunos temas. Y sabrá disculpar también esta intervención que realizo sobre su última publicación registrada, a falta de otro para hacer llegar a Ud. mis felicitaciones por el contenido de este maravilloso blog que verdaderamente me desasnó. Quiero aprovechar esta oportunidad para sugerirle dos temas que me parecen FUNDAMENTALES para estas publicaciones: 1ªel día que Kirchner castigó a la Iglesia no participando de las exequias del Beato Juan Pablo II, que como recordarán está emparentado con una enemistad suscitada por un documento que la misma emitió días anteriores y 2do. he notado que Horacio Verbitsky tiene una especial complacencia en dirigir su gatillo fácil a la Iglesia. Encontré una sola publicación relacionada con este individuo, a lo mejor no busqué bien.Me gustaría que Ud le de para que tenga bien para rato (espero no abusar de su generosa disposición). Saludos y agradecida de antemano, cualquiera sea su respuesta, será seguramente, la me merezca. Los sigo leyendo y Viva Cristo Rey! Viva el Inmaculado Corazón de María!