miércoles, 11 de mayo de 2011

In memoriam

ÁNGEL CANTOR
        
        
Diversas personas tienen habilidades para el cambio ascendente, entendiendo éste por aquel proceso que, al transformar alguna cosa, crea algo mejor: esas personas transforman la materia y la embellecen, al irla cambiando.

[Del cambio descendente no vale la pena hablar: no citemos a los legisladores o funcionarios de toda índole y ralea, por motivos elementales de salubridad.]

Nuestro querido y siempre tan recordado Miguel Ángel Ferreyra Liendo, en uno de sus últimos sonetos, nos hablaba de su “destino de alfarero”, amasando palabras y entremezclando consonantes, para alumbrar poesía de la más alta.

Esa alfarería le sobró a otro de nuestros muertos queridos. Su especialidad —la de ser una buena persona— la fue complementando con el oficio de cantor y compositor. De dos o tres frases simples, su canto lograba una alabanza a Dios o a Nuestra Señora. Con unas cuerdas gastadas de tanto templar la guitarra, obtenía acordes que se elevaban, como bien dijo en una de sus canciones, “buscando cielo”.

Manejado por él, el instrumento lo era por partida doble: por ser forjador de músicas y por ser el medio que habitualmente elegía para derramar lo que tan abundantemente le salía del corazón. Un ángel guardián con sonrisa de payador le hacía la segunda voz.

“Amo sin cesar la Virgen, mi Patria, mi Dios, la verdad; y en toda la vida yo quiero cantar a Quien trajo al mundo el amor y la paz”. Toda una declaración de principios en medio de su tema “En un solo haz”. Para exponer a continuación su límpida ambición: “Sueño con un cacho'e cielo que he de conquistar”.

Hoy, a tres años de su partida para comparecer ante el Supremo Tribunal de Nuestro Señor, lo recordamos como siempre, casi con la certeza de que Don Ángel Salvat habrá llegado ya a obtener esa porción celeste, cacho'e cielo que se fue forjando nota a nota desde aquí abajo.

Bis ora qui bene cantat, decía el gran Obispo de Hipona. Quién tuviera para eso la inspiración de don Ángel, aquel camarada entrañable cuyo destino ya estaba prefigurado en su nombre.
                
Rafael García de la Sierra
       

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Ave María Purisima" "Sin pecado concebida".
¡¡Como se extraña ese hermoso saludo criollo!!

Don Angel que estas ahora junto Nuestra Señora, interceded por tu patria terrenal.