sábado, 7 de noviembre de 2009

Si de profecías hablamos…


QUIEN PUEDA ENTENDER,
QUE ENTIENDA

“Hacia la mitad del siglo XX la gente será muy distinta y a medida que se aproxime la llegada del Anticristo la perversidad irá creciendo (…)

“Los deseos y las pasiones carnales crecerán y el deshonor y la ilegalidad se fortalecerán. El mundo será irreconocible por la maldad. La apariencia de las personas cambiará hasta el punto de que será casi imposible reconocer a veces entre los hombres y las mujeres por la forma desvergonzada de vestir y los estilos provocativos del cabello. Esclavos de las costumbres imperantes serán despectivos, indiferentes y autosuficientes y no pocas veces se comportarán como bestias salvajes por las tentaciones del Anticristo. Se perderá el debido respeto a los ancianos, y a los progenitores. El verdadero amor desaparecerá de la mayoría; se exaltará la voluptuosidad y el sexo con un desenfreno nunca visto, haciendo gala de sus perversiones. Pastores y obispos, así como sacerdotes y muchas almas consagradas se volverán presuntuosos y arrogantes, llenos de vanidad y soberbia con su humana sabiduría y serán inútiles o incapaces de discernir entre el camino recto y el camino del mal. Las normas morales, la veneración a las tradiciones de los mayores y de la propia Iglesia Católica, cambiarán de manera asombrosa. El pueblo, confuso y desorientado por las prédicas de pastores incrédulos o relativistas, abandonará la modestia y reinará por todas partes la disipación (…)

“La falsedad, la mentira, el engaño y la avaricia alcanzarán grandes proporciones; desgraciados de los que sólo piensan en acumular tesoros materiales olvidándose de los tesoros espirituales. La codicia, el adulterio, la homosexualidad, las acciones secretas sembrarán el terror por casi todos los lugares, asesinatos, atracos, secuestros, intimidaciones, etc., reinarán sobre la sociedad de ese tiempo (…)

“A causa de la indiferencia, la tibieza, la incredulidad y la perversidad de muchos, el pueblo en general se verá privado de la gracia del Espíritu Santo, recibida en el bautismo, y el remordimiento martirizará su conciencia (…)

“Las iglesias de Dios serán despojadas de toda veneración y escasearán los verdaderos sacerdotes piadosos, por la indiferencia con respecto a la debida veneración del Señor en sus iglesias, ya que cambiarán el culto verdadero (…)

“Desgraciados los cristianos fieles de ese tiempo porque serán víctimas de las burlas y vejaciones de los incrédulos; necesitarán mucha fe y fortaleza para soportar el ambiente reinante (…)

“Los cristianos, viéndose acosados, se refugiarán en lugares apartados en busca de un poco de luz ante tanta oscuridad, pero encontrarán obstáculos y contrariedades a causa de su fidelidad a la Fe verdadera. Este es el resultado del reinado del Anticristo que quiere ser Dios de todas las cosas como Jefe del universo. Por eso habrá signos visibles extraordinarios que asombrarán a muchos inclusive a creyentes. Él dará sabiduría a algunas inteligencias para que descubran muchas cosas, pues el hombre podrá comunicarse de una parte a otra de la tierra. En ese tiempo, el hombre podrá volar por los aires y también sumergirse en el mar como los peces… Y cuando hayan logrado descubrir otras cosas por el avance de la ciencia, el pueblo gastará toda su energía o propia vida, en lograr comodidades y disfrutar en olvido de Dios con todas sus geniosidades (…)

“Las pobres almas con todos sus inventos y logros creerán no necesitar para nada de Dios, olvidando que todas esas cosas o logros no son más que ilusiones o engaños del Anticristo (…)

“Entonces la Bondad Divina caerá sobre la faz de la tierra contra la raza humana y acortando sus días —a causa de los pocos elegidos— porque el Maligno buscará acabar también con los elegidos de Dios, haciéndolos caer en la tentación —si Dios lo permite— la espada de la justicia divina aparecerá de repente y acabará con el Pervertidor y sus Secuaces”.

San Nilo,
Abad y fundador del monasterio de Grota Ferrata (Italia),
profecía del siglo V.



“Vendrá un tiempo que ninguno lo habrá visto hasta entonces… Se producirá un estruendo tan grande, de modo que ni fue ni se espera otro mayor, sino el que se experimente en el juicio.

“Llorará la Iglesia… Ahora está lejos; pero la tristeza se convertirá en gozo. El Rey de Reyes y el Señor de los Señores todo lo purificará y regenerará. La Francia con su orgullo será del todo abatida; los días no distarán; están ya a las puertas. Veréis una señal y no la conoceréis; pero advertid que en aquel tiempo las mujeres vestirán como hombres y se portarán según sus gustos y licenciosamente y los hombres vestirán de mujeres (…)

“En los días de paz que han de venir luego de la desolación de revoluciones y guerras, antes del fin del mundo, los cristianos se volverán muy tibios en su religión y rehusarán recibir el Sacramento de la Confirmación, diciendo «es un Sacramento innecesario»”.

San Vicente Ferrer,
profecía (1350-1419)



“Me fue revelado que a través de la intercesión de la Madre de Dios todas las herejías desaparecerán. La victoria sobre las herejías ha sido reservada por Cristo para su Santísima Madre.

“En los últimos tiempos, el Señor quiere extender de una manera especial el renombre de su Madre. María empezó la salvación, y por su intercesión se completará.

“Antes de la segunda venida de Cristo, María, más que nunca, debe brillar en misericordia, poderío, y gracia para traer a los incrédulos a la fe católica. El poder de María en los últimos tiempos será muy eminente.

“Un inusual castigo a la raza humana tendrá lugar hacia el fin de los tiempos”.


Sor María Jesús de Ágreda,
revelación (1602-1665)


“…Este azote se hará sentir en todo el mundo y será tan terrible que cada uno de los que sobrevivieren se imaginará que será el único que ha quedado libre. Todos se arrepentirán y serán buenos. Este castigo será muy corto, instantáneo, pero terrible. Hasta el principio de las tinieblas, la persecución de los justos por los malos y los impíos será tan grande que habrán de padecer un verdadero martirio. Las cosas vendrán a tal extremo que parecerá imposible humanamente hacer nada y que todo está perdido. Entonces Nuestro Señor hará un cambio tan notable en un momento, como de la mañana a la noche, que el pondrá todas las cosas en orden. El triunfo de la Iglesia vendrá precedido de un gran castigo. Será un nuevo castigo y principalmente contra los impíos, que serán juzgados y castigados. Serán muchos más los que sucumbirán a el que los que se verán libres. Y enseguida vendrá el gran triunfo de la Santa Iglesia y el reinado del amor fraternal; dichoso aquel que viva en tan venturosos días”.

Venerable Padre Bernardo María Clausi,
profecía († 1849)



“Precedido de tormentas, vientos desencadenados y terribles terremotos, que abrirán la tierra y la harán temblar, Yo vendré una noche, durante los fríos meses de invierno, a este mundo cargado de pecados: rayos y centellas, salidos de incandescentes nubes, encenderán y reducirán a cenizas todo lo que está contaminado por el pecado. La destrucción será total. El aire envenenado de gases sulfurosos y levantando asfixiantes humaredas, será llevado a grandes distancias por las ráfagas del viento. Las obras levantadas por el hombre con espíritu loco y atrevido de adoración a sí mismo, queriendo demostrar su ilimitado poder, serán aniquiladas. Entonces la raza humana comprenderá que hay una voluntad muy superior a la suya, que destruirá sus vacíos alardes de vanagloria. Rápidamente, cerrad vuestras puertas y ventanas, tapad toda vista del mundo exterior durante el más terrible de los acontecimientos; no profanéis vuestra vista con miradas curiosas porque santa, santa es la ira de Dios. La tierra será purificada para vosotros, los restos del fiel rebaño.

“Encomendaos a la protección de mi Santísima Madre; no os desaniméis a pesar de lo que viereis y oyereis; es una ficción del infierno que no os podrá hacer ningún daño. Cobijaos en constantes oraciones bajo la protección de mi cruz e invocad a los ángeles de vuestras almas. Luchad con confianza en mi eterno amor y no dejéis que se levanten en vosotros dudas acerca de vuestra salvación. Cuanto más firme y perseverantemente permanezcais en mi amor, tanto más seguramente os defenderé contra todo daño. Luchad por las almas amadas de mi corazón.

“Perseverad por una noche y un día y por una noche y un día, y a la siguiente noche se calmarán los terrores… Al amanecer del próximo día el sol brillará otra vez y su calor y su luz disiparán los horrores de la oscuridad. Aceptad la nueva vida con humilde gratitud. Vividla con sencillez y gratitud en paz y amor, según mi intención. Orad y sacrificaos para que vuestro sacrificio produzca abundantes frutos de bendición y para que florezca una raza nueva que alegre vuestros corazones.

“El mundo os llamará fanáticos, locos y creaturas miserables; amenazarán haceros vacilar en vuestra constancia con su elocuencia engañosa. Y los tramposos intrigantes del infierno intentarán ganaros con sus astutos engaños. Luchad con humildad y silencio; combatid con las almas de las buenas obras; oración, sacrificios y con la convicción interior del deber. Buscad refugio en la Madre de la gracia, para que el flagelo inevitable resulte una victoria sobre el infierno y para que mis ángeles puedan dar la bienvenida en las eternas venturas del Padre a las ovejas penitentes…”

San Pío de Pietrelcina,
profecía (1887-1968)


“Después de purificar al mundo y a su Iglesia y de arrancar de cuajo toda la mala hierba, preparaba un renacimiento, milagroso triunfo de su misericordia, y mi mano todopoderosa volverá a imponer el orden ahí donde es impotente el esfuerzo humano.

“Dios enviará dos castigos: uno en forma de guerras, revoluciones y peligros originados en la tierra; y otro enviado del cielo. Vendrá sobre la tierra una oscuridad intensa que durará tres días y tres noches. Nada será visible y el aire se volverá pestilente y nocivo y dañará, aunque no exclusivamente, a los enemigos de la religión.

“Durante los tres días de tinieblas la luz artificial será imposible; sólo las velas benditas alumbrarán. Durante estos días de tinieblas los fieles deben permanecer en sus casas rezando el Santo Rosario y pidiendo a Dios misericordia.

“Millones de hombre morirán por el hierro, unos en guerra, otros en industrias civiles; otros millones perecerán de muerte imprevista. A la prueba le seguirá un renacimiento universal. Este cambio ocurrirá cuando parezca que la Iglesia ha perdido los medios humanos de hacer frente a las persecuciones”.

Beata Ana María Taigi,
revelación (1769-1837)


“Cuarenta años antes del año 2000, el demonio será dejado suelto por un tiempo para tentar a los hombres. Cuando todo parecerá perdido, Dios mismo, de improviso, pondrá fin a toda maldad. La señal de estos eventos será: cuando los sacerdotes habrán dejado el hábito santo y se vestirán como gente común, las mujeres como hombres y los hombres como mujeres”.

Santa Brígida,
profecía (siglo V)


“Del sur vendrá la guerra, del norte la paz. Italia será sumida en la desolación. Francia castigada. Roma conocerá el exterminio. El Padre tendrá que huir. Habrá un lucha terrible entre la luz y las tinieblas. Cesa la oscuridad. Luce un sol espléndido. La tierra está arrasada, muchísimos han desaparecido. El Papa vuelve. El pecado tendrá fin…”

San Juan Bosco,
revelación (1815-1888)


“Los hombres se someterán al espíritu de la edad. Ellos dirán que si hubieran vivido en nuestros días, la fe hubiera sido simple y fácil. Pero en sus tiempos, ellos dirán, que las cosas son complejas, y que la Iglesia debe ser actualizada de acuerdo a los tiempos y su problemática. Cuando el mundo y la Iglesia sean uno, entonces esos días habrán llegado”.

San Antonio,
Abad (siglo IV)


“El quinto período de la Iglesia, el cual empieza cerca de 1520, terminará con el arribo del santo Papa y el poderoso Monarca quien es llamado «Ayuda de Dios» debido a que él restaurará todo. El quinto período es uno de aflicción, desolación, humillación, y pobreza para la Iglesia. Jesucristo purificará a su gente a través de crueles guerras, hambrunas, plagas, epidemias, y otras horribles calamidades. Él también afligirá y debilitará la Iglesia Latina con muchas herejías. Éste es un período de deserciones, calamidades y exterminios. Aquellos cristianos que sobrevivan a la espada, plagas y hambrunas, serán sólo algunos en la tierra.

“Durante este período, muchos hombres abusarán de la libertad de conciencia concedida. Es a este tipo de hombre que el Apóstol Judas se refería cuando decía: Esos hombres blasfeman de cualquier cosa que no puedan entender; y ellos corrompen todo lo que conocen de manera natural tal como los animales irracionales lo hacen. Ellos ridiculizarán la simplicidad cristiana; ellos la llamaran tonta y sin sentido, y tendrán el mayor avance tecnológico, y por las mañas de la ley y sus axiomas, los preceptos de moralidad, los Cánones Sagrados y los dogmas religiosos serán opacados por preguntas sin sentido y elaborados argumentos.

“Aquellos son los tiempos de la maldad, un siglo lleno de peligros y calamidades. La herejía está en todas partes y los seguidores de la herejía tendrán poder en casi todos los lugares… Pero Dios permitirá una gran maldad en contra de Su Iglesia: los herejes y tiranos caerán súbita e inesperadamente sobre la Iglesia destruyéndola… Ellos entrarán en Italia y dejarán Roma devastada; ellos incendiarán las iglesias y lo destruirán todo”.

Venerable Barthelemy Holzhauser,
escritos (siglo XVII)

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