jueves, 18 de octubre de 2007

Testigo de cargo


LOS FRACASOS DEL MARXISMO


A los hombres del futuro les resultará difícil creer que en el siglo XXI, en las Universidades de todas las latitudes siga enseñándose el marxismo como doctrina capaz de explicar el mundo. Sucede que nunca en la Historia ha habido un pensamiento que, confrontado con los hechos, haya sido tan desautorizado por ellos. Comenzó en el siglo XIX con los dichos del barbado profeta según los cuales necesariamente la evolución de las sociedades capitalistas llevaba a su autodestrucción por la creación de un ejército de pobres proletarios cada vez mayor y una minoría de ricos burgueses cada vez más reducida. El fin del siglo mostró, a todos los espíritus lúcidos, que tal profecía era errónea. Primera derrota intelectual del marxismo.

Lenín y sus seguidores, construyeron en el siglo XX nada menos que el primer Estado proletario. Duró poco más de setenta años y se saldó con una imparable catástrofe de política y economía interior. Segunda derrota de marxismo.

Pero el leninismo había construido una teoría según la cual el centro de la rebeldía proletaria no se daría en Europa sino en el mundo entero, en los países sojuzgados por el imperialismo que se liberarían mediante una guerra revolucionaria. A principios del siglo XXI tal ilusión se ha evaporado y solo quedan “narcoguerrillas”. Tercera derrota del marxismo.

Cuando el marxismo leninista irrumpió con su elogio de la violencia como partera del nuevo mundo, en muchos lugares surgieron partidos que conservaban toda la utopía escatológica del marxismo pero optaban por el camino de la política democrática para lograrlo. Fue la socialdemocracia, con grandes partidos que gobernaron una y otra vez naciones europeas. Pero después de la segunda guerra mundial fueron desilusionándose de la teoría que supuestamente las inspiraba y renunciaron formalmente a ella. Fue la cuarta derrota del marxismo.

¿Qué se ve en el futuro? Un “socialismo real” reducido a Cuba, Venezuela y Bolivia que, pese a sus alegaciones de ser “del siglo XXI” no hace sino repetir poco a poco lo que fue la esencia del marxismo soviético: el error de sofocar a la sociedad civil. ¿Por qué habría que creer que estos países sin personalidad histórica definida, sin clases dirigentes orgánicas y sin fuertes tradiciones industriales habrían de triunfar allí donde fracasaron Lenín y Stalin? Cuando se produzca, esta será la quinta (y esperemos que última) derrota del marxismo.

Como un resumen de todas estas derrotas pasadas y futuras el “Clarín” del 23 de junio pasado trae la copia de un artículo de “Le Monde” donde cuenta las últimas vicisitudes del diario “L’humanité”, órgano del otrora poderoso Partido Comunista francés. En fecha tan cercana como 1989 el famoso arquitecto brasileño Oscar Niemeyer le construyó una sede espectacular que ahora saldrá a la venta por falta de lectores del diario. Y de partidarios, porque en las últimas elecciones el Partido Comunista francés obtuvo el 1,9 % de los votos. No obstante todo lo cual esta teoría llena los textos y las cabezas (en general vacías) de los profesores que enseñan la última palabra de la ciencia en nuestras Universidades.
Aníbal D'Angelo Rodríguez

2 comentarios:

PatriayFe dijo...

Parafraseando al "creador" de esta "¿doctrina?" el Marxismo ha llevado en sí la semilla de su propia destrucción. Lo penoso es que arrastró a millones de víctimas de las cuales - ¿casualmente? - salvo contadas excepciones poco se habla.

Una vez más, excelente vtra. reflexión querido amigo.

Abrazos muchos en Xto.

Anónimo dijo...

Estimados: Se comieron la segunda parte de esta notícula del Testigo de Cargo que permite completar la idea.